La Facultad de Teología y Postgrado, ofrece una cordial bienvenida a quienes sienten en su corazón la necesidad de conocer más y mejor las sencillas y profundas verdades del Evangelio; y a quienes desean prepararse “para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero” (E. White).
Consciente de que el proceso iniciado para ofrecer el programa completo de Grado y Máster en Teología, con validez reconocida por el Estado español, sigue su curso hacia su resolución final, la Facultad se prepara para iniciar nuevo año universitario con fe, dedicación, esfuerzo e ilusión; confiando plenamente en la dirección del Todopoderoso.
La Facultad ofrece su programa de Grado y Máster en Teología, fiel a su lema: “Fides, Scientia et Ministerium” –el desarrollo de la fe por medio del conocimiento de la revelación divina para un mejor servicio a la iglesia y al mundo–, sabiendo que el espíritu de trabajo y el rendimiento personal de estudiantes y profesores podrán hacer de este curso un año bendecido por el Señor.
Nos embarga el sentido de la Misión y es, por ello, que nos proponemos los siguientes objetivos educativos:
- Orientar a los alumnos para que identifiquen sus intereses y aspiraciones con la filosofía educativa y los principios de la Iglesia Cristiana Adventista del Séptimo Día.
- Fomentar en ellos el estudio reflexivo de las Santas Escrituras, ayudándoles a formar y perfeccionar su carácter y a prepararse para servir a Dios y al prójimo.
- Ofrecer las máximas oportunidades para que obtengan el más alto desarrollo intelectual según sus posibilidades personales.
- Animar al estudiante a adquirir hábitos de sistema y orden encaminados a su plena realización personal.
La Facultad Adventista de Teología tiene como misión ofrecer a cada uno de sus estudiantes, una sólida formación social, bíblica y teológica, en armonía con los conocimientos científicos y en un marco de lealtad a los principios de las Escrituras, con el propósito de favorecer el desarrollo de sus dimensiones física, mental, social y espiritual, de forma equilibrada, para un mejor servicio a la Iglesia y a la sociedad.